Imaginemos, una empresa española compra una maison francesa, coloca al frente de la misma a un genio británico, y éste sale de una de las casas mas reconocidas del panorama mundial. El resultado parece imposible pero tiene nombre propio NINA RICCI.
En 1997 la empresa española PUIG compra la casa francesa NINA RICCI, la dirección le viene encomendada a Manuel Puig, el cual un visionario de los negocios también aspira a despertar a una empresa dormida en el tiempo. Primero lo intenta con Lars Nielsson de Rochas, y aunque prometía una buena conexión, simplemente no consigue dar con la formula correcta. En el 2009 le proponen al Británico Peter Copping que se haga cargo, y este que venia de ser el responsable de mujer en la conexión Marc Jacobs- Louis Vuitton acepta el reto.
Este entramado complejo y a veces increíble ha empezado a dar sus frutos, tres colecciones buenas y una que llega para el Verano 2011 simplemente genial.
De la sensibilidad de este diseñador ha nacido una colección que ensambla perfectamente con lo que podríamos imaginar de una casa como NINA RICCI. Colección delicada, femenina, sexy pero en absoluto vulgar, es más, ha hecho de la sensualidad elegancia y eso es casi un milagro en los tiempos actuales. Una colección personal en la que la alta costura se confunde con el preta porter, y donde la sola presencia de los tejidos nos transportan a esas casas parisinas de mediados del siglo XX, donde se fraguo gran parte de la moda actual.
La prensa ha recibido su pase de verano con un aplauso unánime, reconociéndolo entre los mejores de la temporada, pero sabemos que ni eso es lo más importante, lo verdaderamente importante es fundamentar esta nueva etapa en valores como la belleza, la feminidad, la sutileza ... en definitiva recrear el esplendor que nunca debió perder esta Maison.
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