No es fácil comprobar como unánimemente diversos medios se ponen de acuerdo para dar el premio a una casa y a su diseñador, pero esto es lo que acaba de ocurrir con KEAN y su firma ETRO.
Podríamos hablar desde el valor profesional de este gran diseñador, hasta la solidez de una casa consolidada, pero esto ya lo han hecho tanto la revista Telva como GQ.
Por ello nos permitiremos hablar desde la admiración por esta gran familia Milanesa, y desde nuestra relación durante estos últimos diez años.
Cuando conocimos ETRO apenas si tenía unos pocos puntos de venta en España. Tenía una excelente representante para el país que cuidaba la apertura de nuevos clientes con mucho mimo. El padre de la familia estaba dejando la empresa en manos de sus hijos, los cuales se repartieron las diferentes responsabilidades de la misma. KEAN se encargo de las colecciones del hombre.
La primera vez que lo conocimos ya nos dejo sorprendidos. Manejaba una firma para el hombre con la precisión del mejor sastre londinense afincado en Milán, y con la magia que solo un genio puede tener. Vestía al hombre de manera diferente a veces irreverente, pero nunca disfrazado. Su ropa nos enseñaba a romper con las formas y ademanes aburridos que hasta entonces predominaban en la moda para hombre.
Recuerdo que le preguntamos de donde sacaba ese punto de locura, y nos contó que nunca haría una colección que al enseñarla a sus hijos (entonces pequeños) no les pareciera divertida.
Después de tantos años sé que todavía se divierte, y de alguna forma se ríe de una industria de la moda, de la que sin duda es uno de sus máximos exponentes.
Recordaré siempre con cariño como me levanto los cuellos del polo con el que coincidimos en su fiesta MIlanesa y como se desabrocho los botones riendose divertido COSI E PIU CARINO . Todavía guardo ese polo con cariño FELICIDADES KEAN, FELICIDADES ETRO.
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